Hola gente! Aquí les dejo una entrevista a Dai Sijie que encontró Cecilia.
Entrevista con Dai Sijie (Manel Ollé)
“La literatura pertenece a todo el mundo”
Dai Sijie (1954) es un cineasta y escritor que forma parte
de la generación de los “jovenes reeducados”, que en plena Revolución
Cultural fueron enviados al campo a aprender de los campesinos
revolucionarios. En 1984 ganó un concurso que le permitió ir a Francia a
estudiar cinematografia. La prohibición de filmar su primera película
en China no le impidió llevarla adelante: recreó un campo de trabajo en
un pequeño pueblo del pirineo cercano a Perpiñán. Chine, ma douleur
(1989) sentó fatal a las autoridades chinas. Ante la imposibilidad de
hacer películas en su país, Dai Sijie se instaló en París donde continuó
su carrera como cineasta. Bernard Pivot apostó a fondo por su primer
libro en el Bouillon de culture del 21 de enero del 2000: “Si
este libro no se convierte en best-seller, mi programa no sirve para
nada.” En dos meses Gallimard ya llevaba más de cien mil ejemplares
vendidos de Balzac y la pequeña costurera china
P. ¿Hay algo de autobiográfico en su libro?
“La trama principal del libro es verdadera, pero no es mi
historia sino la de mi amigo, la de mi compañero de reeducación.
Evidentemente hay muchas escenas inventadas. Y la modista no era
modista, sino campesina. Toda la literatura estaba prohibida. Incluso
las clásicos chinos. Copiabamos los libros y circulaban de mano en mano.
Tomabamos ciertos riesgos.”
P. Habla de unos tiempos muy duros, pero en un tono ligero, casi de comedia
“Más que un periodo duro, la Revolución Cultural fue un
periodo absurdo, lleno de situaciones grotescas. Los encargados de
reeducarnos eran campesinos revolucionarios que no sabían ni leer ni
escribir...”
P. ¿Hay precedentes de la comicidad de su obra en la tradición literaria china?
“Sin duda. Por ejemplo en algunos de los clásicos de la
narrativa china hay tambien un tono de sátira que me gusta mucho. Libros
como el Rulin waishi ( Los mandarines ) serían un ejemplo de
esto. Incluso Lu Xun, que no tenía nunca un tono serio, ha escrito sus
mejores páginas en un tono de humor, como en La verradera historia de A Q .”
P. ¿Es Balzac su autor francés preferido?
“A mi Balzac no me entusiasma. A quien le gustaba Balzac
era a la joven campesina en quien se basa el personaje de la pequeña
costurera. A ella sí le gustaba Balzac....y yo le tomaba el pelo. Entre
los autores que más me impresionaban estaban Flaubert y sobretodo Romain
Rolland, un escritor de segunda o tercera fila. Jean-Christophe
de Romanin Rolland, influyó enormemente en mi generación. Era el libro
más caro del mercado negro. Es un libro que habla del individualismo con
una cierta poesia. El traductor era Fu Lei, que se había suicidado por
el acoso de los guardias rojos, como Lao She. Cuando estuve en
condiciones de leer el original francés me di cuenta de que la
traducción de Fu Lei era superior al original. Fu Lei era un escritor
prohibido, pero se le permitía traducir, y se proyectó enteramente en
sus traducciones. Es como un pequeño milagro. Como en el caso de Edgard
Allan Poe traducido por Baudelaire, que es mucho mejor que el original.”
P. Acaba usted de volver de China tras una estancia
de más de seis meses gestionando el permiso de filmación de la película
basada en su novela Balzac y la pequeña.. . Ha sido por lo que se ve un proceso largo y complejo. ¿Qué dificultades ha encontrado?
“El problema principal era que las autoridades del
ministerio no aceptaban que fuera justamente la literatura occidental la
que cambiara la vida de los jovenes protagonistas. No entendían por qué
no podía ser un libro chino... Yo les argumentaba que la literatura
pertenece a todo el mundo: Don Quijote no es simplemente español,
pertenece al mundo entero.”
P. Tuvo que circular por muchos despachos...
“Llegaron a convocar varios coloquios destinados a discutir
si era conveniente conceder el permiso de filmación. En el primero
hicieron venir a profesores escritores y cineastas chinos conocidos,
todos ellos reeducados como yo a principios de los setenta. El
Ministerio les planteaba si era conveniente autorizar la filmación.
Durante la discusión se habló mucho las experiencias con libros
prohibidos. Todo el mundo los había tenido. Pero había muchos que no
estaban de acuerdo en que se mostrase en el film la importancia de la
literatura occidental. Esto me sorprendió porque era gente que había
sido reeducada como yo. Eran jóvenes y no eran comunistas. Hubo varias
reuniones como estas. Y fue nuestra productora quien tuvo que pagarlo
todo. Al final hemos obtenido los permisos.”
P. ¿Se trata de una práctica habitual?
“Fué más bien excepcional. El ministerio no tenía ninguna
intención de conceder el permiso de filmación, pero tampoco se atrevían a
negarlo. Saben que el libro se ha vendido bien en Europa y que de todas
las formas que la película se filmaría fuera de China y entonces la
cuestión tomaría un cariz más político. Todo el mundo diría: una
película prohibida en China.”
P. Durante estos últimos años han proliferado los
autores chinos afincados en Europa o norteamérica que adoptan el francés
o el inglés como lengua de expresión y que consiguen éxito y prestigio
¿Se siente partícipe de este fenómeno?
“No he leido ni al estadunidense Ha Jin ni ni a la
quebequesa Yin Cheng, Cuando se escribe en una lengua que no es la
materna, se pueden escribir a lo sumo una o dos obras. Es difícil
escribir en una lengua que no sea la propia. Hemos empezado un camino
complicado. Pero yo siempre he escrito en chino, y sigo haciéndolo.”
P. Se va a traducir al chino Balzac y la pequeña...
“No he podido nunca publicar en China. Tampoco Balzac y la pequeña...
y eso que es menos fuerte que muchas de las cosas que han escrito
autores como Yu Hua o You Fengwei. En China pasan cosas tan
inexplicables como que estén publicadas las obras completas de Freud o
del Marqués de Sade –sin censura alguna- y que en cambio mi libro no se
pueda publicar. El libro se va a traducir al chino en Taiwan, y de forma
ilegal acabará entrando en el continente...”
P. ¿Qué opina del nuevo cine chino?
“Durante los últimos años ha llegado al espectador
occidental un cine chino de calidad. Chen Kaige, Zhang Yimou, Tian
Zhuangzhuang, Wang Kar-wai o Jiang Wen representan una nueva
sensibilidad y una personalidad propia. Representan una sociedad que se
mueve y que cambia. Pero en China el cine esta muerto: la época del cine
ha acabado. La piratería del VCD se está cargando el cine. En las salas
de cine no hay espectadores. Incluso cuando proyectan películas
americanas. El peor enemigo del cione chino no es la censra –que ya es
un gran problema-, lo peor es el pirateo de los VCD.”
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